Xavier Gual Vadillo nació en Barcelona el 1973. Licenciado en Filología Catalana por la Universidad de Barcelona. Trabaja de profesor de secundaria. También ha trabajado seis años como periodista y sigue colaborando en diferentes medios de comunicación como el periódico AVUI i ARA, o la emisora de radio RAC1.

Como escritor ha publicado en catalán:

- Novelas:

* Els fantasmes de Dalí Barcelona: Columna. Mayo 2013
* El mediador Barcelona: LaGalera. Marzo 2013
* Ketchup Barcelona: Columna. Mayo 2006
* Els tripulants (premio Ribera d'Ebre 2000). Tarragona: El Mèdol. Agosto 2001.

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- Narraciones:
*
Estem en contra (premio Pere Quart de humor i sátira) Bcn: La Campana. Diciembre 2007.
*
Delirium tremens (premio Mercè Rodoreda 2000). Barcelona: Proa. Marzo 2001.

Tiene traducido a otras lenguas:

       
* Ketchup  (italiano).Castelvecchi Editore. julio 2009.
       
* Ketchup (francés). Au diable Vauvert. mayo 2008.
         
* Un Diez. Antología del nuevo cuento catalán (castellano). Madrid: Páginas de Espuma. 2006.

Fragmentos:
       
"Estamos en contra" (Un diez - Antología del nuevo cuento catalán. Ed. Páginas de espuma núm 62 / Madrid, 2006).

   *  Estoy en contra de la manipulación de los medios de comunicación, de la tele, de la radio, de los periódicos, que están al servicio del poder. Y qué más. Estoy en contra de las fuerzas de la ley que son opresoras y atentan contra las libertades individuales y colectivas. Muy bien. Ahora saldrás de aquí. Dame la mano. ¡No! Pepe, ayúdame. Los dos policías se pusieron de acuerdo y agarraron al primero de una ratahíla de manifestantes. Ahora tiraremos... ¡A la de tres! Con el primer tirón el manifestante se soltó de la hilera aunque sus compañeros les sujetaban por la tripa. Uno menos... Sólo atraparlo lo esposaron y lo empujaron hacia el furgón. Pepe, necessito un refuerzo. El policía se encaró a un nuevo manifestante. A ver, tú, el de las rastas, ¿de qué estás en contra? ¿Quién, yo? ¡Sí, tú! Pues yo estoy en contra de los hipócritas que explican mentiras, que nos hacen la pelota por delante y nos critican por detrás. ¡¿Cómo quién?! Como los políticos, los médicos y los publicistas. ¿Y qué más? Estoy en contra del poder judicial y de que a las personas se las juzgue según el abogado que se puedan pagar. Muy bien, ya es suficiente. Tres policías tiraron del manifestante con todas sus fuerzas. ¡No me abandonéis, compañeros! ¡La lucha es nuestra! Primero perdió una alpargata y después les rompieron la camiseta jamaicana. ¡Volveremos a vencer! ¿Hacia el furgón! Lo esposaron y se lo llevaron al vehículo. Pepe, necesitamos más efectivos. El policía fijó la vista en una chica con cresta y llena de piercings. Ahora te toca a ti. Quiero que me digas de qué estás en contra. Pues estoy en contra de los políticos y de la iglesia y de todo lo que nos quieren hacer creer. Creen que nos intimidan con sus castigos y maldiciones, pero no. Muchacha, ¿no te importa ir al infierno? El infierno es aquí, por culpa vuestra, y de la iglesia, que busca el favor de Dios a través del poder. Muy bien, ¡pues bienvenida a la ciudad del demonio! Y dicho esto tiró de sus botas militares. ¡Tirad fuerte! ¡Más, vamos! Resistió unos segundos cerrando los ojos y abriendo la boca hasta que se escapó de los brazos de quién la sujetaba por detrás. ¡Al furgón, con los demás! Y el ruido de las esposas precedió la vuelta al trabajo. Vamos, que esta fila ya es nuestra. El jefe de la patrulla se fijó durante unos segundos en el último de los manifestantes, un chico robusto que se agarraba a la farola y cuyas piernas abrazaban al de delante. Después el policía volvió a centrar su atención en el primero de la fila, lo señaló y le dijo que le mostrara las manos. El de las gafas de pasta. ¿De qué estás en contra? Y tiró de él antes de que empezara a justificarse. (...)